Ordenanzas y Bendiciones

Ordenanzas y bendiciones

 

Las ordenanzas del sacerdocio son actos sagrados revelados por el Señor y se llevan a cabo mediante la autoridad del sacerdocio. Las bendiciones del sacerdocio se dan para sanar, consolar y alentar. El bautismo, así como la bendición y la repartición de la Santa Cena son ejemplos de ordenanzas del sacerdocio. Algunas ordenanzas pueden efectuarse con poseedores del Sacerdocio Aarónico, pero la mayoría de ellas son efectuadas por poseedores del Sacerdocio del Melquisedec (véase “Sacerdocio Aarónico” en esta guía y en la Guía para la familia). El presidente de rama y el presidente del quórum de élderes deben enseñar a los hermanos la manera de llevar a cabo las ordenanzas. Estos líderes deben ayudar a los padres a prepararse para ser dignos de efectuar ordenanzas a favor de los miembros de su familia. Los hermanos que llevan a cabo las ordenanzas y bendiciones deben prepararse para ello viviendo de acuerdo con los principios del Evangelio y esforzándose por obtener la guía del Santo Espíritu. Deben llevar a cabo toda ordenanza y bendición de una manera dignificante. Cada ordenanza debe llevarse a cabo:

 

1. En el nombre de Jesucristo.

 

2. Por la autoridad del sacerdocio.

 

3. Con los procedimientos requeridos, tales como el utilizar palabras específicas o el hacer uso de aceite consagrado.

 

4. Con la autorización del líder del sacerdocio designado que posea las llaves apropiadas, según sea necesario. Las ordenanzas que requieren autorización de un líder del sacerdocio son las siguientes: el dar nombre y bendecir a los niños, realizar bautismos y confirmaciones, conferir el sacerdocio y ordenar a un oficio del sacerdocio, bendecir y repartir la Santa Cena y dedicar sepulcros. Véase la Guía para la familia para recibir más instrucción en cuanto a ordenanzas y bendiciones específicas