La restauración de la verdad
Nuestro mensaje es sobresaliente, aunque sencillo. Dios es nuestro padre y nosotros somos Sus hijos. Él nos ama, pues somos parte de Su familia, y desea que volvamos y vivamos con Él.
Formule sus preguntas en línea.
Dios le conoce personalmente y le ama más de lo que usted puede comprender. Él desea que usted sea feliz ahora y siempre. A fin de lograr tal propósito, el Padre Celestial ha preparado un plan llamado el Evangelio de Jesucristo. Jesucristo es el Hijo de Dios; Sus enseñanzas nos brindan el sendero a la paz en esta vida y el gozo en la eternidad.
Como parte de Su plan, Dios ha seguido un modelo sencillo desde los albores del mundo. Escoge a un profeta (como Noé o Moisés) para que éste enseñe el Evangelio y guíe al pueblo. Lamentablemente, la mayor parte de los hijos de Dios ha hecho caso omiso de los profetas, desobedeciéndolos y rechazándolos.
Como lo prometió, el Padre Celestial mandó a Su Hijo, Jesucristo, a la tierra. Jesucristo por su parte llevó una vida perfecta y sin pecado. Organizó Su Iglesia, enseñó Su Evangelio e hizo muchos milagros. Aunque parezca increíble, Jesucristo mismo fue rechazado. Después de Su muerte, muchas personas empezaron a alejarse o a distorsionar las verdaderas enseñanzas de Cristo. Como resultado, Dios quitó Su autoridad de dirigir la Iglesia que Cristo había establecido.
Nuestro amoroso Padre Celestial es “el mismo ayer, y hoy, y por los siglos" (véase Hebreos 13:8). Al igual que en la antigüedad, ha seguido su modelo sencillo en nuestros días. Ha vuelto a establecer el evangelio de Jesucristo en la tierra por medio de un profeta. El profeta que el Señor llamó a restaurar la verdad de Dios tiene por nombre José Smith. La prueba de esta restauración se encuentra en el Libro de Mormón, que usted puede leer y sobre el cual puede meditar y orar.
Dios sigue pronunciando Su palabra y revelando Su verdad en nuestros días mediante un profeta viviente. Si se lo pregunta usted al Padre Celestial en oración, Él le podrá confirmar la verdad de ello.