Dios tiene un plan para nuestra vida

Dios tiene un plan para nuestra vida

Dios tiene un plan para nuestra vida

Formule sus preguntas en línea.

 

Las Escrituras se refieren al plan de Dios como el plan de salvación, el plan de redención y el plan de felicidad. El plan se centra en el Señor Jesucristo y en Su expiación.  Con frecuencia, la gente se hace preguntas tales como “¿De dónde venimos?”, “¿Cuál es el propósito de la vida?”  y “¿Adónde vamos después de esta vida?”.   Dios tiene un plan que brinda felicidad a Sus hijos, el cual se conoce como el plan de salvación y se centra en la expiación de Jesucristo.  A medida que sigamos las enseñanzas de Jesucristo, encontraremos las respuestas a esas preguntas, obtendremos una paz interior duradera en esta vida y tendremos gozo eterno después de la muerte.

 

Antes de venir a la tierra, vivíamos con nuestro Padre Celestial como hijos espirituales Suyos.  Aunque llevábamos una vida feliz, Dios sabía que no podríamos seguir progresando a menos que lo dejásemos por un tiempo.

 

Él nos permitió venir a la tierra donde obtendríamos un cuerpo físico y tendríamos experiencias que nos ayudarían a aprender y a madurar, cumpliendo así el propósito del plan de salvación, que es ayudarnos a llegar a ser más semejantes a nuestro Padre Celestial. 

 

De acuerdo con el plan, nosotros no podíamos seguir progresando sin la oportunidad de ser mortales y recibir un cuerpo físico. Aquí en la tierra, tendríamos experiencias que nos ayudarían a aprender y a madurar, y seríamos probados para ver si [haríamos] todas las cosas que el Señor [nos] mandare ( Abraham 3:25). El propósito del plan es ayudarnos a ser más semejantes a nuestro Padre Celestial.  El hecho de que estemos viviendo en la tierra significa que aceptamos el plan de nuestro Padre Celestial y que vinimos con el deseo de hacer todo lo que podamos a fin de recibir todo lo que Él tiene para ofrecer. 

 

Como sabía que cometeríamos pecados en la vida mortal, nuestro amoroso Padre Celestial proveyó un Salvador, que es Jesucristo, mediante cuyo sacrificio haría posible que todas las personas que obedecieran las enseñanzas de Su Evangelio fuesen perdonadas por medio del arrepentimiento y volviesen a vivir con Él.  Por nuestra naturaleza divina como hijos de Dios, con la ayuda y el poder de Cristo podemos progresar y un día llegar a ser incluso como Él es.

 

El comprender esta perspectiva eterna puede ayudarnos a encontrar la felicidad en nuestra vida, aun en medio de las tribulaciones y los desafíos.  Como hijos de un Padre Celestial amoroso, podemos considerar nuestros problemas como peldaños del camino que nos acerca más a Él.  Si pedimos ayuda y fortaleza por medio de la oración sincera, podremos tener la certeza de que no estamos solos.  Dios nos ama y, en la medida que nos acerquemos a Él, nos brindará su ayuda.

 

Dios nos ha bendecido con dones que nos ayudarán a navegar por la vida.  Uno de los dones más preciados que nos ha dado es la capacidad y el poder de elegir.  Nuestro Padre Celestial respeta nuestra libertad de escoger y nunca nos obligará a elegir lo que es correcto; tampoco nos detendrá en el momento en que vayamos a tomar una mala decisión.  No obstante, nos invita e induce a “hacer lo bueno continuamente” ( Moroni 7:13).

 

Él sabe que cualquiera que sea nuestra decisión, también estamos escogiendo las consecuencias que ésta trae consigo.  Las consecuencias pueden producirse de inmediato o presentarse mucho después. No obstante, la elección del bien con el tiempo conduce a la felicidad, mientras que las malas decisiones al final causan desdicha.  Nuestro Padre Celestial permite que tomemos decisiones y nos atengamos a las consecuencias de ellas a fin de que aprendamos a distinguir la diferencia entre el bien y el mal.  Si aprendemos a elegir el bien, establecemos un patrón de conducta que nos ayudará a llegar a ser más semejantes a nuestro Padre Celestial.